Por Eduardo IƱiguez Zato
En branding, el nombre de una marca es el elemento principal de la misma: contribuye a posicionar la marca, transmitir su filosofĆa y ADN, asĆ como su personalidad e identidad visual y grĆ”fica.
Es, probablemente, el elemento de mayor recuerdo y conexión con el consumidor, ya sea a través de la descripción de sus productos y servicios (Pronovias), o por medio de la creación de una determinada asociación y percepción en la mente de las audiencias objetivo (AristoCrazy).


Obviamente esto no implica que toda marca de éxito disponga de un nombre único, relevante o diferenciador (sólo hay que pensar en la marca Mango); pero sà se configura como un activo clave que contribuye en gran medida a crear una personalidad única de marca.
Desde un punto de vista metodológico, existen dos grandes tipos de marcas acordes con el lenguaje que en ellas se utiliza:
- Aquellas marcas basadas en la utilización de palabras existentes en el léxico de una lengua-literalidad- y aquellas creadas a partir de la invención de nuevos vocablos (abstracción).
Cada una de ellas presenta sus propias caracterĆsticas (entendimiento, comunicación de marca, potencial de registro legal, etc.), lo que hace que sean la casuĆstica y situación de cada negocio en concreto las que establezcan el marco estratĆ©gico adecuado para abordar uno de los dos tipos a la hora de poner “nombre” a nuestro negocio.

La moda es quizÔs una de las industrias donde la prÔctica del naming ha cobrado mayor protagonismo, gracias al importante papel que desempeña dentro de la búsqueda de la diferenciación en un entorno cada vez mÔs globalizado, caracterizado por la multitud de players existentes. Por ello, la elección de un buen nombre puede ayudar a la marca a:
- Comunicar un territorio de origen: Custo Barcelona

- Informar sobre las caracterĆsticas de la prenda o materiales utilizados: PielNoble

- Describir el producto comercializado: Pretty Ballerinas
- Transmitir una actitud o un estilo de vida: Desigual, Fun & Basics

- Apelar directamente la audiencia objetivo: Women’s Secret, Nanos

- Crear una autĆ©ntica categorĆa de marca: Manolo Blahnik, Chiruca
Por Ćŗltimo, una prĆ”ctica inherente a la industria de la moda es utilizar como marca el propio nombre y/o apellidos del autor (AndrĆ©s SardĆ”, Roberto Verino, Adolfo DomĆnguez, Amaya Arzuaga).
Este hecho sigue el ejemplo de las grandes marcas de lujo cuyo principal activo de marca nacĆa en la propia autorĆa de las prendas, como sĆmbolo de calidad, exclusividad y status (Yves Saint Laurent, Christian Dior, Valentino, etc.) si bien ahora es utilizado por un elevado nĆŗmero de compaƱĆas, independientemente de la calidad e imagen asociada a sus productos (Ainhoa Cosmetics, Mónica Vinader, etc.)

Como hemos visto anteriormente, el nombre es un activo estratĆ©gico clave y como tal, debe ser adecuadamente gestionado y protegido. En este sentido la protección jurĆdica de las denominaciones de marca (ya sea Ćŗnicamente la verbalización del nombre-marca denominativa- o el logotipo en su totalidad-marca mixta-) se convierte, en muchas ocasiones, en uno de los principales quebraderos de cabeza para los altos dirigentes de una compaƱĆa.
En este sentido, el principal reto al que se enfrentan las empresas de moda ante el lanzamiento de una nueva marca se centra en dos grandes aspectos: la creación del vocablo objeto de registro, asĆ como su protección jurĆdica en los mercados clave en los que la marca actuarĆ”.

Creación del vocablo objeto de registro:
Una de las actividades mÔs complejas en la actual industria del branding es la creación de nombres de marca-naming, especialmente cuando esta última comercializa sus productos y/o servicios en múltiples y diferentes mercados geogrÔficos. Es por ello que a la hora de crear un nombre de marca, deben tenerse en cuentas los siguientes factores:
-Morfológico: la marca (o las palabras que la integran) debe ser fÔcil de leer, escribir, pronunciar y recordar. De esta forma, aseguramos el conocimiento de la marca por las audiencias objetivo.
-SemĆ”ntico: debe analizarse el contenido semĆ”ntico (significado) de la marca en diferentes idiomas. Esto es un aspecto clave en el desarrollo de marcas internacionales, o con vocación de globalidad, para evitar que el nombre tenga un significado o connotaciones culturales “perjudiciales” para el negocio y generar asĆ una comprensión directa del vocablo.
- Estratégico: el nombre debe responder a la estrategia de negocio y ser coherente con la misma. El nombre elegido abanderarÔ una determinada personalidad y actitud de marca (que serÔ posteriormente desarrollada desde una perspectiva grÔfica y visual), aspecto que contribuye a la consistencia en la relación entre marca y negocio.
Como se puede advertir, el proceso de creación de nombres para marcas es un proceso mucho mĆ”s complejo que un mero ejercicio creativo a partir de las palabras de un idioma, puesto que en la gran mayorĆa de las ocasiones el nombre de la marca es un activo inmutable que acompaƱarĆ” a la compaƱĆa a lo largo de todo su recorrido económico.
Prestar la atención y recursos necesarios en la fase de creación de una marca permitirĆ” ahorrar costes en el futuro (tanto jurĆdicos como de comunicación) y evitarĆ” que seamos los protagonistas de casos como la marca rumana de ropa “Tara”, o la lĆnea de maquillaje de EstĆ©e Lauder “Country Mist”, que generó un gran revuelo en Alemania debido a su significado y connotaciones asociadas (Mist-estiĆ©rcol en la lengua germana).
El Naming, no lo es todo, pero sin duda, es una herramienta competitiva muy poderosa.
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